Cuando una creación
artística se desvincula del tiempo que fue escrita y funciona es que algo se ha
hecho bien.
Eso le ha pasado a “Stoner” una novela perdida de un
escritor perdido que, sin embargo, unos cincuenta años después de ser escrita
se extiende por el boca a boca, por el blog a blog, artículo a artículo. Aquí
tenemos una bella historia.
Formalmente Stoner de John
Williams es impecable, clásico, muy clásico y con un lenguaje sencillo y muy
eficaz, sin alardes. Academicista, nada reformadora.
Un profesor universitario
con alma de campesino o un campesino con alma de profesor universitario. Un
personaje que crece en el transcurso de la novela desde su etapa adolescente
hasta su muerte. El amor al conocimiento, el respeto a la institución
universitaria de Misuri, la vida anodina y disciplinaria. El amor, cuando la
sociedad te roba el amor, la paternidad, el fracaso. El impacto de la guerra,
la muerte cercana y joven. La sociedad, la familia, el papel de la mujer, la
mujer esposa tratado sin tapujos, con monstruosa realidad. La soledad, el descubrimiento del amor verdadero, las luchas entre compañeros,
los ascensos, la renuncia.
"Cuando regresó, Edith estaba en la cama con las mantas hasta la
barbilla, el rostro boca arriba, los ojos cerrados y el ceño frunciéndole la
frente. En silencio, como si estuviera dormida, Stoner se desnudó y se metió en
la cama junto a ella. Durante unos momentos permaneció tumbado con su deseo,
que se había convertido en algo indefinido y le pertenecía sólo a él.
Habló con Edith, como para encontrar consuelo para lo que sentía. Ella no
respondió. Puso su mano sobre ella y sintió bajo la fina tela de su camisón la
carne que tanto tiempo había deseado. Movió la mano por su cuerpo, ella no se
alteró, su ceño se frunció más. De nuevo habló, murmurando su nombre, después
colocó su cuerpo encima de ella, con toda la delicadeza que le permitía su
desmaña. Cuando palpó la suavidad de sus zonas íntimas, ella giró la cabeza
bruscamente y levantó un brazo para cubrirse los ojos. No emitió sonido
alguno."
Sin una novedad formal,
clásico como la tortilla de patata, de frase corta y sencilla, un terrible amor
a la investigación, al saber. Entonces ¿qué tiene el libro de especial? Sencillez y belleza
y un profundo conocimiento del ser humano y de su tiempo.
John Williams fue también, al igual que su personaje, un profesor de la universidad de Misuri, se diría que le
tocaba muy de cerca todos estos temas y quiso
dejar escrito el valor anodino, nada perdurable de una vida apasionada por los
libros, el saber, la docencia y el fracaso. Una vida que pasa y nadie recuerda, una vida que nadie valora ni erige estatuas en su memoria.
En fin, una obra, una vida como la de muchos. No se la
pierdan.
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