“Bartleby el escribiente” me
ha dejado muda, algo parecido al protagonista, yo no digo que me parezca a él,
o que llegue a parecerme en su especie de mudez pero me ha sorprendido mucho, como también lo ha hecho el empleador y narrador de
este relato, lo considero uno de los narradores más tiernos de toda la literatura, al menos que yo
haya leído nunca.
Hay libros que como los
hombres, son imprescindibles, y esto que suena muy categórico y que, más o
menos se repite demasiado en nuestros días, me parece muy acertado ante este
cuento, un cuento del siglo XIX con un lenguaje abrumadoramente moderno, con
una concreción sublime y una muestra clara de la inteligencia humana, de la
inteligencia literaria. Si alguien no tiene claro qué es la literatura, o para
qué sirve la literatura tan valorada de boquilla por nuestra sociedad, yo le
aconsejaría que lea este cuento, es fácil de adquirir gratuitamente por
internet y en pocas páginas comprenderá qué es la literatura y ya de paso, sufrirá
y comprenderá también a la sociedad moderna entera sin necesidad de ir a la universidad
o, si es el caso de ya haber ido, sin necesidad de tener que volver a ningún
otro lugar de sapiencia oficial o extraoficial.
He llegado a este cuento a
través del libro de Vilas-Matas “Bartleby y compañía”, ya sé que ambos libros
son ya antiguos y que ya me vale llegar a estas horas, pero sí, he llegado
últimamente sin arrepentimiento.
Ayer un amigo mío despotricaba
en las redes sociales de los premios literarios más comerciales que, parece ser
y en regla general, son los más anodinos, obviamente una sociedad anodina y
mayormente engañada no podía tener otros divos literarios que fraudes, personas
que no ahondan en los huesos de la sociedad y del ser humano, simplemente
porque no tienen necesidad, el problema de sus masivas ventas es que contagian
su comodidad cerebral a los incautos que los leen y piensan que leen lo más de
lo más de la actual literatura cuando para encontrar la literatura real del
tiempo presente hay que indagar bastante más que leer las propuestas literarias
más a mano.
No obstante, en este espacio
no estoy hablando de la literatura actual, sino de un cuento del siglo XIX con
más sustancia en apenas treinta páginas que toda la biblioteca de muchas
editoriales.
No quiero decir más del libro
o cuento en cuestión, su autor es Hermann Merville, autor a su vez de títulos
como Moby Dick.
Si se animaran a leer “Bartleby
el escribiente” o a releerlo por esta sugerencia mía me sentiría muy agradecida
y este simulacro de reseña habría tenido algún sentido.
Amablemente y hasta otra.
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