Henry James (Nueva York, 1843 -Londres 1916) está vivo 100 años después de su muerte. Sus nouvelles, sus novelas más complejas tienen una fuerza contemporánea sorprendente (aunque si lo lees en español depende de las traducciones).
Recientemente
he leído sus obras: ¡Pobre Richard!, El
mentiroso, Cuatro encuentros, Diario de un hombre de cincuenta años (todas
en ediciones recientes, cuidadas, cómodas, con muy buena traducción y baratas,
de la editorial Funambulista). También he leído Otra vuelta de tuerca, Retrato de una Dama y La lección del maestro y, en general, me han
parecido escalofriantemente perfectas.
Resaltaría
Cuatro encuentros, aproximadamente
100 páginas con letra grande, una estructura cerrada, sin palabras de más,
cómoda de leer, precisa, dice y calla con vértigo, crea una adicción soportable, horroriza y te indigna, me ha
encantado. Recomendaría a un lector que quiera acercarse a la literatura de
Henry James sus pequeñas apuestas, las más complejas pueden esperar.
El
estilo de James es astuto, sobrio y práctico, la literatura actual tiene que
seguir bebiendo de él. El escritor Colm Tóibín que escribió una novela sobre la vida de James llamada The Máster dijo: “Todos los autores contemporáneos son
deudores de su obra, lo hayan leído o no”. Y yo añadiría que todos los lectores hemos leído a Henry James sin llegar a abrir uno de sus libros porque la literatura
posterior a él pasa, forzosamente, por su ajuste y su cálculo.
Pero yo recomiendo el original, sin filtros.
¡Mejor que un taller de escritura!
Pero yo recomiendo el original, sin filtros.
¡Mejor que un taller de escritura!
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